Amueblar la cabeza



Es una expresión propia de profesores. Cuando hablan de 'amueblar la cabeza', se refieren a ejercitar nuestro pensamiento siguiendo unas pautas que nos lleven a la resolución de problemas.
Tuve una profesora que siempre nos insistía sobre lo importante que es tener la cabeza bien amueblada. Tardé años en comprender lo que pretendía conseguir.

¿Y cómo amuebla un aficionado a la jardinería su cabeza?. Pensando dentro de la lógica de la Naturaleza, tratando de discernir los mensajes que nos envían las plantas, observando el entorno. En resumen, pensando en verde.

Uno de los temas que más me preocupa últimamente es el de la utilización de los fitosanitarios fuera del ámbito profesional. Vas a una agrotienda y voilà, la fitofarmacia a tus pies.

¿Tenemos los conocimientos adecuados para comprender las consecuencias de su uso?. Sin duda, el primer paso es leer las indicaciones del fabricante, pero hay que comprender lo que se lee. Es necesario saber qué significan las instrucciones y advertencias del laboratorio. Hay consecuencias para la fauna, para el propio aplicador del producto, para las aguas.

¿Sabemos elegir los momentos de su aplicación?. Prevención para los ataques fúngicos implica el poder usar fungicidas más suaves, muchos de ellos reconocidos en agricultura/jardinería ecológica. Sin embargo, un acaricida no debe usarse preventivamente, o si hay apenas indicios de la presencia de ácaros, ya que su abuso genera resistencia en la plaga.

¿Usamos cantidades racionales de producto?. Menos es más.Hay muchos químicos que especifican que su uso debe ser como máximo de dos o tres aplicaciones en la temporada. Me viene a la memoria algún fungicida sistémico de última generación. O el archiconocido Confidor.

Como en todo, el sentido común debería prevalecer. Y la elección personal: los mejores fitopatólogos no son tan fanáticos del uso de la fitofarmacia como lo somos muchos aficionados. ¿Acaso sabemos más nosotros que ellos?.



"El hombre es más duro que el acero, más fuerte que la piedra y más frágil que la rosa".Proverbio turco.

Comentarios

iolanda ha dicho que…
Creo que hay mucho abuso de prevención, yo no entiendo...
Si bien es verdad que cuando el oidio se ceba en los arbustos me pongo mala, también es verdad que el sulfato de cobre o cualquier otro producto no es infalible para evitar la plaga, entonces que?
lo lógico sería enfrentarse en caso de que aparezca no? y buscar métodos para combatirlas del modo mas ecológico posible...
Pero no nos engañemos, en nuestro rosales podremos hacerlo asi, pero en los grandes jardines públicos me temo que hay que introducir una nueva conciencia...
Cristina ha dicho que…
El promebla del oídio es que estropea la floración. Es comprensible que el aficionado se enfade, después de haber cuidado con tesón sus rosas, que justo venga el hongo a fastidiarle las flores.

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