Claire Rose, una olvidada de David Austin

Claire Rose forma parte de esas rosas que David Austin sitúa en la parte trasera de su catálogo, sin hacer sobre ellas más mención que la referente a sus medidas y color. Precisamente esta falta de información y lo poco que me gusta ir sobre seguro me llevaron a adquirirla, junto con otras rosas de las cuales ya hablaremos en siguientes entradas.

Hibridada en Reino Unido en el año 1990, cuenta entre sus ancestros con Charles Austin y Iceberg, que dieron como fruto esta rosa cuyo nombre fue puesto en honor de la hija de David Austin, Claire Calvert. De acuerdo con Botanica's Roses, se trata de uno de los rosales más bellos de entre todos los modernos. Sus flores, generalmente agrupadas, son de gran duración en el arbusto y con una forma de rosa antigua impecable. Durante el primer estadio tienen forma de cáliz, posteriormente terminan planas. Toda la bibliografía pone el acento negativo sobre la forma del arbusto, conformada por largas ramas verticales, a diferencia de la mayoría de arbustos más modernos de David Austin, generalmente laxos.

Estoy bastante de acuerdo con la descripción de Botanica's Roses. La forma de las flores es perfecta, envidiable. A quien le guste contar pétalos disfrutará de ella. No huele a nada, aunque la literatura tampoco hace especial inciso en este aspecto. Las dificultades en cuanto a la forma del arbusto son fácilmente subsanables plantándolo al fondo del macizo arbustivo o poblando su base con plantas perennes, otros arbustos o incluso clemátides. Por lo sutil de su coloración, que oscila entre el rosa pálido y el blanco, tampoco debería ser complicada de combinar con otras plantas.

La resistencia que demuestra al calor es excelente. Las flores duran mucho tiempo en el arbusto sin resentirse de los cambios de temperatura. Allí donde Golden Celebration se achicharra, Claire Rose sigue tan pancha. Pero la resistencia a las lluvias y a la humedad es más limitada. El exceso de agua puede, nunca mejor dicho, aguarnos la fiesta de su floración, dificultando la apertura de las flores o manchando su pálida coloración con motas rojizas. Supongo que ese sería el motivo por el cual este rosal no corrió mayor suerte en el Reino Unido, porque en cuanto a salud, no parece excesivamente delicado.

"No hay nada más difícil para un pintor en verdad creativo que pintar una rosa, porque debe olvidar todas las que antes fueron pintadas".
Henri Matisse.