Sophy's Rose en un otoño invernal

Cultivo este rosal por casualidad e intencionadamente. Paseando por el Parc Cervantes, siempre me pareció, dentro de la gama de "rojos" de Austin, el más bonito en cuanto a forma de arbusto, aunque por el color no lo tenía en mi lista de predilectos. Por casualidad, en un centro de Jardinería en el cual tenían rosales de Austin en una suerte de formato Rosapot, hicieron una liquidación a final de temporada y a un precio casi de risa, así que me decidí a comprala, junto con Eglantyne y Noble Anthony.

Este rosal es del año 1997, y según la información que la propia web de Austin proporciona, tiene un color rojo claro, un perfume suave a té, una buena repetición y forma un arbusto mediano. Destaca como característica especial que en climas cálidos se queda más pequeño. Es justo lo contrario que ocurre con otros Austins en climas mediterráneos, que tienden a agigantarse. El rosal lleva ya unos años plantado y su crecimiento ha sido mucho más modesto que el de, por ejemplo, Eglantyne, que ha dado larguísimos brotes basales. Por eso creo que podría ser una buena idea como rosal para tiesto para quien tenga que cultivar en ese medio.

En cuanto a la coloración, destaca Austin que su rojo pálido hace que encaje en cualquier esquema cromático. Yo no considero que su color sea rojo, me recuerda mucho al tono de Paul's Scarlet. Austin también indica que es un rosal para plantar en el frente de un macizo o de una bordura, por su talla baja.

Hasta este diciembre, no fue un rosal que me llamara especialmente la atención, pero actualmente es el Austin más cargado de flores que tengo. Me gusta porque son muy planas, tienen botoncito y una distribución de los pétalos que me recuerda a las escamas de un dragón.

"Una rosa es una rosa es una rosa". Gertrude Stein.