Jardinería y discapacidad: las rosas no conocen límites. Recordando a Helen Keller.

Ésta es Helen Keller (1880-1968), una gran rosera. Se quedó ciega y sorda a los 19 meses de edad. Podéis leer su historia de superación aquí . La fotografía es de los fondos de la Librería del Congreso de los Estados Unidos.

En el otoño de 2010 tuve un problema de salud. No fue un problema grave desde el punto de vista médico, pero sí me limitó la capacidad física durante varios meses. Esa época me hizo valorar la salud, que hay que ocupar una parte de nuestro tiempo en cuidarse y que hay que tratar de estar en buena forma física. Y, también, lo importante que es aprovechar nuestras capacidades y dar un giro positivo a cualquier circunstancia que vivamos: forzada al reposo, aprendí a hacer ganchillo, algo que siempre me había gustado..... fue todo un reto y ése fue el momento. Estaba retomando mi afición por la música, mirando partituras, recordando conceptos aprendidos años atrás, cuando ya pude iniciar mi actividad normal....esas partituras volverán a tener su momento.

La jardinería implica un esfuerzo físico, que puede ser desde bajo (por ej, cuidar unas macetas) hasta todo lo fuerte que podamos imaginar (por ej, poda de árboles en altura). Sobre los efectos terapéuticos del trabajo con plantas, hay mucha información elaborada por psiquiatras, psicólogos y pedagogos expertos: cuando tenemos discapacidad física, psíquica, en la ancianidad, en la infancia, en momentos de mucho estrés.....

Helen Keller en su jardín, Arcan Ridge (Connecticut-USA). Distinguía las variedades de rosas por su aroma. La fotografía es de The Center for Creative Photography.

Pero, ¿qué sucede en concreto con la afición a las rosas?...requieren un laboreo, un 'mantenimiento', por así decirlo,...tienen fama de complicadas... ¿hemos de renunciar a su cultivo cuando no estemos en plena forma?....En absoluto, según mi experiencia, todo es cuestión de planificarse:
  1. "Conócete a ti mismo", ¿realmente 'necesito' tener muchos rosales, o disfruto igualmente paseando por una rosaleda pública?...No es necesario tener un gran número de rosas: una docena de arbustos ocupan poco espacio, y es un número más que suficiente para disfrutar la afición y matar el gusanillo. Una pequeña colección de rosales miniatura la podemos cuidar en una bandeja elevada, trabajando desde una silla de ruedas.
  2. "No te compliques la vida", hay miles de variedades, algunas similares en apariencia, pero dispares en necesidad de cuidados. Escoge rosales rústicos y que requieran menos poda, como los arbustivos y los paisajísticos. Si quieres algún trepador, que sea de tamaño contenido. Si en un momento dado, no puedes cuidarlos, no pasará nada: se cuidarán solos.
  3. "Elige métodos de cultivo sostenibles", es decir, gestiona tu pequeña zona de cultivo con el mínimo de intervención química. 
  4. "No malgastes energía", ¿pulgones?, ¿hongos?...aprende a identificar lo que de verdad es grave y necesita intervención. Si tu jardín es sostenible, la mayoría de problemas se van a solucionar dejando evolucionar el ciclo natural: pulgones-depredadores, hongos-muerte de esporas por baja temperatura invernal, etc..
  5. "Pide ayuda a los profesionales". En la agrotienda, te aconsejarán los productos menos agresivos, las herramientas más ligeras y adaptadas. Un buen jardinero te puede echar una mano en momentos puntuales de plantación o poda. 

Por último, una cita de Helen Keller:
"Soy sólo una persona, pero, aún así, soy yo. No puedo hacerlo todo, pero, aún así, puedo hacer algo; y porque no pueda hacerlo todo, no voy a renunciar a lo que sí puedo hacer".

"Una rosa es una rosa es una rosa". Gertrude Stein.

Comentarios

Irene ha dicho que…
No puedes imaginar lo oportuno de tu reflexión. Parece que hubieras estado conmigo. Me estoy sintiendo muy cansada, física y emocionalmente, y casi casi por mandar a mi nuevísimo jardín de paseo, de pasarle por arriba con el tractor. Por supuesto que jamás podría llevar esa maldad a cabo. Tus palabras me ayudan a ponerme en órbita. Tomo la frase de Hellen Keller, a la que admiro desde que leí su biografía, para tenerla bien a mano. Muchísimas gracias y besitos cariñosos
Mayos Rosa Mª ha dicho que…
Impresiona ver la capacidad de superar dificultades de algunas personas.
Otras nos pasamos la vida lamentando nuestra situación y lo peor no hacemos nada por superarla.Morimos poco a poco en la oscuridad y en la soledad...
Somos egoístas natos, si miráramos a nuestro alrededor veríamos cómo se superan problemas tan importantes o más que los nuestros.
La señora Keller, dió buen ejemplo de ello. Muchas gracias, Cristina.
llosona ha dicho que…
A veces, nos empeñamos en ser nuestro peor enemigo.

Quería responder a Irene, si tienes que parar y dejar un tiempo tu jardín, no pasa nada. Primero relájate tú y luego ya recobraras las ganas de trabajar y madurar el jardín.

Mi compañero de vida tiene una máxima: a quien no le guste, que no mire. Y verdaderamente él lo aplica y es feliz.
Si no se llega a todo, que se va a hacer. Habrá que sacarle jugo a los limones que nos tocan;)
Alba Athalwira ha dicho que…
No conocía esos datos de Helen Keller, realmente mueven a reflexión. Muchas veces nos bloqueamos con nuestros problemas, pero si los valoramos en su justa medida y los comparamos con quienes tienen amenaza seria en su salud y vida, todo se relativiza y es más fácil salir adelante.
Lo de jardín sostenible me hace venir a la mente algo que comentaba Josep hace tiempo, y que apliqué yo también, pues lo vi acertado. Dejaba en su jardín las especies que se adaptaban superando y resistiendo bien a las enfermedades y plagas sin un exceso de cuidados. Y es así, con el tiempo que suele dejarnos la dinámica diaria el jardín ha de ser disfrute, ni obsesión ni esclavitud.

Saludos
Que hermosa entrada.
No conocia su afición a las rosas, devió ser para ella un gran consuelo su perfume.
Un gran abrazo.

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