Pasó el otoño... y llegó el invierno.


Mi amiga María, del blog Paisaje Vegetal, ha tenido la amabilidad de enviarme unas fotos de rosas escarchadas por la helada decembrina. Y, con ellas, llega la perfecta excusa contemplativa para hacer balance y divagar un rato.

2013 nos trajo una primavera anti-primaveral, con exceso de lluvias y temperaturas bajas hasta bien entrado el mes de junio. Desde luego, no será uno de mis años roseros predilectos, demasiada incertidumbre, aunque, paradójicamente, la huerta marítima estuvo más espectacular que nunca. Sí recuerdo la floración de las magnolias como estupenda. Y la de los Iris germanica. Algunos rosales se resintieron, necesitados de una mayor templanza, en especial los híbridos de té. Es un misterio, dado que los rosales de té florecieron de forma habitual, y, en teoría, necesitan más el calor que los híbridos.



 A la primavera infernal le siguió un estío a la antigua usanza: semanas sin una gota de lluvia. No puedo decir que me importara, ya que soy playista :), y la huerta pasa a ser secundaria en verano. Eso sí, las pobres hortensias--golosas consumidoras de agua--llegaron a finales de septiembre languideciendo. Pobriñas, qué mal aspecto tenían. 


Empezó el otoño. Siguiendo tendencia, no podía ser normal, sino muy caluroso y con un período de lluvias que recordaban al monzón. Octubre de 2013 quedará para los anales con sus récords de agua por metro cuadrado y demás mediciones estrafalarias. 


Le tocó a noviembre redimir 2013, y ha sido, junto con las primeras tres semanas de diciembre, el otoño más espectacular que recuerdo: una luz impresionante, rosales floreciendo, camelias perezosas. 


La benignidad de noviembre permitió llevar a cabo los trabajos roseros 'no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy': he plantado 13 nuevos rosales. He podado los ya agotados. Podría haber podado todos, pero, la verdad, era una pena, dada la cantidad de flores que incluso a día de hoy tienen. Tampoco me interesa estimular una floración demasiado temprana, mejor que se decante hacia bien entrado junio. He realizado gran parte del abonado orgánico de fondo. Hay pulgones (¿no se supone que los pulgones son un evento primaveral?).

El cielo aguamarina de este diciembre, algo fuera de lo corriente. En unos días, notaremos que las horas de luz se alargan, y tengo la impresión de que nos hemos saltado la fase de oscuridad. No hay invierno, ya casi es primavera...








"Una rosa es una rosa es una rosa". Gertrude Stein.

Comentarios

Montse ha dicho que…
Son preciosas esas rosas con escarcha!!
Os deseo unas FELICES FIESTAS!
Un abrazo.
iolanda ha dicho que…
Muy Feliz Navidad!!!
llosona ha dicho que…
Un placer compartir estas fotos de la entrada:)

Un año climatológico retrasado, un otoño cálido y todavía nos dejo muchas rosas, ¡son fantásticas!

Mis rosales van como el año, todavía no he plantado, ni podado...aprovechare algunos trocitos de las fiestas para plantar lo pendiente. Podar no lo hago hasta febrero.

Os deseo unas felices fiestas, muchos besines:)
Benoît ha dicho que…
Hola amigo/as, amantes de la rosas. Gracias a este espacio me empiezo a interesar por el mundo roseril y me he lanzado a adquirir mis dos primeros ejemplares. Me he decidido por las románticas y en especial por André Le Notre en su variedad meiceppus. Os agradecría enormemente vuestros consejos.
Gracias y felices fiestas.
Benoît
Alba Athalwira ha dicho que…
Qué fotos más bonitas, el invierno da otro punto a las cosas.

Hermoso resumen del año roseril. En mi jardín los rosales prefieren el frío, con diferencia. Tras una bonita primavera casi no he visto más rosas hasta ahora, que tengo que planear podarlos.
Ya nos mostrarás tus nuevas adquisiciones ;-)
Feliz Año, un abrazo

Cristina ha dicho que…
Gracias a tod@s :)

Benoît, André le Notre es un rosal estupendo, tanto en su versión arbustiva como trepadora. Tiene aroma y las flores son espectaculares.

Saludos.

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