Rosa sempervirens en su hábitat
Nada mejor para liberar tensiones que dar un paseo por el bosque. Siempre es agradable caminar y ver lo que nos rodea. En esta pequeña excursión he reparado en una planta que sabía que existía por la zona pero que siempre me había sido indiferente. Es la R. sempervirens, progenitora de una saga de trepadores-liana extremadamente bellos, como el tan celebrado y nombrado Felicité et Perpétue.
La comarca del Garraf se caracteriza por sus relieves calcáreos y un entorno bastante árido. Estos ejemplares de R. sempervirens los he encontrado al fondo de una torrentera orientada al norte, seca la mayor parte del año, y en condiciones de bastante umbría. Se entrelaza con otras lianas mediterráneas, como la madreselva, las zarzamoras, la hiedra, la zarzaparrilla o las dos especies de clemátides que crecen por aquí, la vitalba y la flammula. El conjunto, de pinos y acebuches con lianas nos evoca gran exhuberancia.
Es febrero, y, en defecto de flores, tenemos escaramujos, de pequeño tamaño, rojos y esféricos, y hojas, que por algo es la rosa siempreverde. La fructificación no es excesivamente abundante. En condiciones de sombra, es normal que el rosal no dé floraciones demasiado copiosas. Teniendo en cuenta el lugar donde se da esta especie de rosal, no es de extrañar que los híbridos de sempervirens se aconsejen para exposiciones poco soleadas.
La comarca del Garraf se caracteriza por sus relieves calcáreos y un entorno bastante árido. Estos ejemplares de R. sempervirens los he encontrado al fondo de una torrentera orientada al norte, seca la mayor parte del año, y en condiciones de bastante umbría. Se entrelaza con otras lianas mediterráneas, como la madreselva, las zarzamoras, la hiedra, la zarzaparrilla o las dos especies de clemátides que crecen por aquí, la vitalba y la flammula. El conjunto, de pinos y acebuches con lianas nos evoca gran exhuberancia.
Es febrero, y, en defecto de flores, tenemos escaramujos, de pequeño tamaño, rojos y esféricos, y hojas, que por algo es la rosa siempreverde. La fructificación no es excesivamente abundante. En condiciones de sombra, es normal que el rosal no dé floraciones demasiado copiosas. Teniendo en cuenta el lugar donde se da esta especie de rosal, no es de extrañar que los híbridos de sempervirens se aconsejen para exposiciones poco soleadas.
"Una rosa es una rosa es una rosa". Gertrude Stein.
Comentarios
Yo el otro día estuve paseando por los campos de alcornoques en la sierra de San Vicente y vi montones de rosales canina en zonas de sol y humbría profunda, hasta convivian con arboles llenos de líquenes aún así, llenitos de escarmujos, pese a que muchos fueron comidos por los animalitos... éstos rosales silvestres son una caja de sorpresas y con el tiempo lo vas valorando de un modo distinto...
Saluditos
Nunca he ido en mayo a este sitio, espero poder pillar al rosal y a las madreselvas en plena floración para volverlos a mostrar.
Tengo prevista una segunda entrada con las plantas que complementaban a este rosal, la verdad es que las combinaciones son bastante curiosas y no sé si extrapolables a un jardín.
Por aquí hay muchos, muchos silvestres y crecen en cualquier sitio...desde pleno sol casi entre piedras, hasta la zona más ombría.
Y más de una vez he practicado las podas en algún silvestre,jajajaja...
Soy incapaz de diferenciarlos a pesar de verlos florecidos, pero sí me he fijado que a veces tienen portes diferentes. Algunos tienden arquearse formando grandes arbustos y otros escalan sin ninguna ayuda por los árboles.
En fin, una variedad incríble!!
jajajaja...
Parece que entré con la cuenta de Toni!!!
Saludos!
Lo singular de éste es que le pasa por encima un riachuelo cuando crece un poco el cauce.
Como te pasa a ti, nunca paso por ahí cuando tiene flores, llama la atención en invierno por los escaramujos.
Es impresionante como éste vive en la sombra y humedad más absoluta. Un poco más allá, en la ladera de enfrente, crecen otros rosales silvestres a pleno sol, entre brezos y colmenas.
Un abrazo